Ante una guerra que se prolongaba en el tiempo, los generales alemanes presionaron a Hitler para que incorporase tropas auxiliares no alemanas en los cada vez más extendidos frentes de la II Guerra Mundial. Esto sucedió así en la realidad tanto como en la historia alternativa que se presenta en este espacio.
En la realidad, las tropas magrebíes (marroquíes y argelinas) combatieron del lado de los aliados y lo hicieron con eficiencia. En esta historia alternativa, los marroquíes comienzan a luchar del lado del Eje en 1943, una vez Hitler decide declarar la independencia de Marruecos ante la posibilidad de un desembarco aliado desde las islas Canarias. Pero otras muchas tropas árabes serían movilizadas, especialmente los egipcios. Las circunstancias de la guerra convirtieron a Hitler en un potencial libertador de pueblos musulmanes sometidos por franceses, británicos o rusos.
Desde el punto de vista de las doctrinas racistas del nazismo, este tipo de "amistades" habían de ser vistas como una táctica meramente coyuntural y, en general, una vinculación nada seria de los intereses germánicos con unos pueblos considerados brutales, miserables y, finalmente, infrahumanos (hasta cierto punto, una situación paralela a la de Japón).
En la situación que se describe a partir del episodio de "La invasión de Inglaterra", tras una breve y feroz reanudación de las hostilidades por la cuestión de la amenaza atómica, se consolida el poder nazi sobre Europa y el área asignada al Reich en el reparto del mundo con Estados Unidos. En el verano de 1945, tras la demostración de fuerza que obliga a los británicos a desmilitarizarse, Hitler vuelve a sus ocupaciones de administrar su Imperio. Ante todo, hay que "engullir" las demás naciones europeas racialmente afines. Allí donde los nazis ya eran ocupantes por las circunstancias de la guerra (Holanda o Noruega) el asunto se va resolviendo fácilmente mediante la seducción, el soborno y la coacción simple: los niños aprenden alemán en los escuelas, reciben adoctrinamiento ideológico, son enviados a las Juventudes Hitlerianas y cuando cumplen la mayoría de edad, al servicio militar en el Reich (dos años). Con naciones aún independientes como Suiza, Finlandia y Suecia se va paso a paso: primero, forzar tratados de cooperación militar y económica, después fomentar movimientos pronazis nativos... Los desdichados gobernantes democráticos de estas naciones hacen lo posible por demorar lo inevitable.
Pero entonces, a Hitler se le señalan algunas inquietudes inesperadas entre sus aliados más "miserables" de la periferia, musulmanes: el orgullo nacionalista ha prendido también en estos pueblos poco ilustrados que se sienten partícipes asimismo de la gran victoria militar del Eje. ¿Está naciendo un "Tercer Mundo"?
Para Hitler, Marruecos, Egipto o la Confederación Musulmana del Cáucaso son territorios que abastecen de ciertas materias primas, ocupan posiciones geoestratégicas valiosas, disponen de mano de obra no cualificada y que incluso pueden aportar carne de cañón en conflictos bélicos por venir (¿una invasión de Norteamérica por Alaska?). Los alemanes, por su parte, han proporcionado asistencia militar y, sobre todo, han enriquecido a las nuevas élites locales. En lo demás, todo estará bien mientras cooperen y no den problemas. Pero es que ya están dando problemas.
De entre las naciones que ocupan posiciones geoestratégicas relevantes, Marruecos concretamente salvaguarda la entrada occidental del Mediterráneo... y a no mucha distancia de la gran base norteamericana de Madeira. Egipto, por su parte, controla el canal de Suez (que, a diferencia de Gibraltar, genera ingresos financieros directos) y los turcomanos del Cáucaso tienen su nuevo país justamente donde los nazis disponen ahora de sus nuevas reservas de petróleo. Quieren, por ello, más dinero, más poder, más soberanía. Quieren ser aliados del Reich al nivel de Italia o Rumanía. El nazismo les ha dado un modelo de liderazgo totalitario, orgullo racial, unidad nacional a partir de una militarización agresiva y aspiraciones imperiales. En consecuencia, y puesto que consideran que ellos también han ganado la guerra de Hitler, la sumisión no entra en su actitud política.
En Marruecos, el joven rey Mohamed V ha nombrado primer ministro a un también joven agitador nacionalista, Allal al-Fasi, el líder del partido Istiqlal. Ahora los marroquíes exigen compensaciones por sus servicios en la guerra. Por encima de todo, protestan porque los españoles ocupen territorios al sur que consideran propios (Ifni y el Sahara occidental), y, por supuesto, las ciudades de Ceuta y Melilla (al norte). También quieren armas más modernas para su ejército y se quejan del trato que se da a sus obreros en Europa. Españoles y alemanes reciben con desprecio semejantes reivindicaciones.
Pero hacia noviembre de 1945 las cosas empiezan a complicarse: se han producido actos de guerrilla contra los territorios ocupados que los nacionalistas marroquíes reivindican. Grupos armados de "incontrolados" atraviesan la frontera sur y emboscan a soldados españoles. Han estallado bombas en Ceuta y en Melilla. Intereses españoles en el reino de Marruecos también han sido atacados (por supuesto, ningún alemán ha recibido daño alguno hasta el momento). La España de Franco protesta y amenaza. El gobierno marroquí niega responsabilidad alguna y atribuye los hechos a provocadores. Ante la queja de Franco, Hitler de momento no hace nada, tiene otras ocupaciones.
Por su cuenta y riesgo, en enero de 1946 Franco ordena ataques de represalia contra Marruecos. La aviación española, que cuenta ya con buenos aparatos de fabricación alemana, ataca la naciente aviación marroquí, muy inferior. Ya se ha creado el conflicto.
Naciones musulmanas como Egipto, Persia o Palestina se quejan a Hitler y amenazan con intervenir. Los turcos se mantienen más moderados... así como la naciente república de Argelia, que ha logrado su independencia expulsando a los franceses y tiene, por tanto, mucho que agradecer a Alemania.
Hitler ahora se reúne con sus asesores. Al que más escucha es al mariscal Albert Kesselring, que durante la guerra llevó los asuntos del sector marroquí. Kesselring enlaza sus argumentos con los de Himmler o Rosenberg: por cuestión de seguridad, es imprescindible mantener Marruecos bajo control. Sus puertos atlánticos, el estrecho de Gibraltar, la proximidad de Madeira... todo ello exige firmeza. Además: los egipcios y sud-caucasianos también están resultando cada vez más fastidiosos exigiendo soberanía sobre, por ejemplo, el canal de Suez y los campos petrolíferos. Esa chusma semita -los árabes también son semitas- debe recibir un correctivo, deben aprender a obedecer, y puesto que hay que hacer un escarmiento, Franco va a estar de suerte.
El Führer hace que Franco acuda a Berlín. Exige de él una solicitud de ayuda formal y después le dará incluso más de lo que pide...
El intimidado Caudillo llega a la ciudad de Berlín, que está en plenas obras monumentales para convertirse en la formidable ciudad de Germania, futura capital de medio mundo, con gigantescos edificios. Allí Hitler lo trata bien puesto que ha venido a él con una actitud de vasallaje. Se informa al jefe de Estado español de que el Eje va a dar una buena lección a los arrogantes marroquíes que, al fin y al cabo, son poco más que animales. Y si es preciso se destruirá todo Marruecos. España, por su parte, recibirá una buena compensación por las molestias: abundantes tierras para la colonización en su entorno geográfico.
Mientras los marroquíes se movilizan para la guerra y siguen infiltrando guerrilleros, Hitler envía un ultimátum que los marroquíes reciben consternados: Marruecos debe ceder a España todo el territorio al norte del río Sebou (el antiguo Protectorado español, unos cuarenta mil kilómetros cuadrados) de donde la población nativa será desplazada. Igualmente, toda la región costera atlántica debe quedar bajo ocupación directa del Eje. Marruecos ya no tendrá Marina, ni Aviación, ni armas pesadas en su ejército. Y, por supuesto, cualquier nuevo acto de violencia contra una potencia del Eje -es decir, contra España- conllevará la implacable destrucción y deportación de la totalidad de la nación marroquí restante. El 4 de febrero de 1946 se recibe este terrible mensaje.
Los marroquíes creen que aún pueden negociar. Los agentes norteamericanos intervienen: no descartan que puedan enviarles ayuda por los puertos del Atlántico. Pero en Washington, el Presidente Joseph Kennedy no quiere ya más complicaciones: el proyecto atómico alemán está cada vez más avanzado, los nazis podrían tener también la bomba este año. No. A lo más, pueden acoger como refugiados en Madeira al rey y sus ministros.
Kesselring está de nuevo en la zona del Estrecho. Con él están llegando miles de aviones de la Luftwaffe y algunas tropas de élite alemanas deseosas de entrar en acción. De momento, aviones españoles y alemanes atacan los aeródromos y puertos marroquíes. En Ceuta y Melilla se concentran soldados españoles con armas pesadas y con tanques.
El 15 de febrero de 1946, Hitler autoriza la invasión de la zona asignada a España. Los españoles ya saben cómo obrar: lo han visto en Rusia. Las primeras localidades atacadas son las vecinas a Ceuta y Melilla. La resistencia es aniquilada con armas pesadas y bombardeos aéreos. La población es desplazada a la fuerza incluso de ciudades enteras como Tánger o Tetuán. Pronto los caminos se llenan de miles de civiles aterrorizados que huyen hacia el sur. Se dispara a matar a cualquier adulto que no marche. Los niños son apresados para enviarlos a orfanatos católicos donde se les convertirá en buenos españoles.
A medida que los españoles avanzan, encuentran más resistencia. Los españoles no se exponen ya, sin embargo, a las angustias de las feroces guerrillas de la guerra del Rif (1921-1927) porque no queda población civil que pueda sostenerla y porque cada tanto el avance español se detiene un par de días para que la Luftwaffe arroje miles de toneladas de bombas ante cualquier obstáculo de importancia. Dos divisiones Waffen-SS participan en la metódica destrucción: una oportunidad de entrar en acción para jóvenes alemanes que no pudieron combatir en la guerra después de que Hitler descartara la sugerencia de utilizar brutales cosacos para castigar a los marroquíes -igual que los británicos utilizaban a los gurkas, y los franceses a los senegaleses-. Aldea por aldea, actúan los lanzallamas. Todo se destruye, ningún marroquí adulto queda con vida, luego no hay guerrilla posible.
La Kriegsmarine aparece frente al puerto de Casablanca: infantes españoles, alemanes e italianos van a desembarcar y tomar el control de toda la costa marroquí atlántica. Cualquier resistencia llevará como consecuencia represalias terribles al nivel de lo que está sucediendo al norte del río Sebou.
El 20 de marzo de 1946, los del Eje han terminado el castigo. Al norte del río Sebou ya no quedan marroquíes. Cualquiera que se haya escondido y sea descubierto será matado en el acto. En el territorio ahora desierto se asentarán colonos españoles y se dividirá en tres provincias: las provincias de Ceuta, Melilla y Fez. Casi un millón de desplazados crean una situación angustiosa de hambruna en una nación que ya es muy pobre de por sí. El rey Mohamed V ordena la disolución del partido Istiqlal y el fusilamiento de su primer ministro al-Fasi. Gobernará lo que le queda a la espera de tiempos mejores...
En El Cairo y Bakú, las noticias que llegan de Marruecos son altamente traumáticas. En principio, la agitación nacionalista busca crear un frente común entre las naciones islámicas, pero el temor es muy grande y ninguna autoridad se atreve a posicionarse en contra de los nazis. No hay más remedio que la sumisión. No hay nada que negociar. No hay concesiones que esperar. El Führer solo ha de ser obedecido. Al fin y al cabo, ¿no los ha liberado él del poder colonial británico, francés o ruso? Se han equivocado si pensaban que haber apoyado la supremacía aria implicaba apoyar también la supremacía de cada una de sus miserables "patrias". La supremacía aria es solo para los arios.
El colonialismo de ingleses y franceses solo buscaba la explotación comercial; el sistema nazi tiende a la autarquía y tampoco, en absoluto, les interesa expandir su ideología, como hacían los comunistas. Por tanto, para los nazis la existencia de estas naciones para ellos primitivas no tiene la menor importancia. Pueden mantenerlas o pueden destruirlas. En sus colonias africanas, los alemanes expulsan a las poblaciones nativas mediante el terror, interesándose solo por los recursos mineros, la riqueza cinegética y algunos cultivos muy localizados. En el Este de Europa proceden a la expansión del territorio alemán con una repoblación de tipo agropecuario, una especie de "Canadá" en la que no quedarán eslavos. Para las demás naciones no europeas... Alemania no tiene planes de ninguna clase. Pero una cosa es segura: no tolerarán la menor molestia. Lo de Marruecos es el aviso definitivo. Hitler protege a sus aliados europeos mejores siempre y cuando le sean fieles y cooperativos, como es el caso de España, Italia e incluso Turquía. Por otra parte, Hitler siempre vigilará a Francia, Inglaterra y Rusia... y Hitler será despiadado en lo que se refiere a mantener su control geoestratégico, sea en Persia, Egipto o Kazajstán. Recién ganada la guerra, debe quedar claro que el único criterio de política exterior válido es el uso de la fuerza por parte de quien la posee de forma incontestable.
Este espacio presenta, en forma de blog, una historia alternativa acerca de la segunda guerra mundial en la cual las fuerzas militares lideradas por Hitler logran hacerse con el triunfo, imponiendo un régimen de terror y crimen a la mayor parte del planeta. Se han escrito muchas historias parecidas, pero la que se presenta aquí es diferente por poseer una mayor verosimilitud y porque tiene por objeto cuestionar el uso indebido de las interpretaciones deterministas de la historia.
determinismo
El determinismo pretende mostrar que los sucesos históricos a gran escala no pueden salirse de un curso específico que apunta en un sentido igualmente específico: el Imperio Romano había de disolverse, la sociedad industrial había de nacer en Inglaterra, el Imperio Chino había de anquilosarse. Estos hechos obedecen a causas, e investigar estas causas necesarias podría incluso proporcionarnos enseñanzas prácticas a la hora de afrontar un futuro que se regirá igualmente por causas necesarias. Aquí no se pretende negar cierto determinismo. Muy al contrario, la doctrina nazi estaba condenada, como el comunismo soviético, a acabar siendo barrida del curso histórico (aunque recordemos que la debacle del comunismo soviético al final del siglo XX no fue prevista por nadie) y todo parece indicar que sí existe un curso de desarrollo histórico que apunta a la instauración gradual de mayores controles de la violencia social que permitan una cooperación humana más eficiente para el beneficio del mayor número posible de individuos. Evidentemente, la ideología nazi cumplía estos requisitos todavía menos que el marxismo soviético ya que, al basarse en una doctrina racial, la mayor parte de la humanidad habría debido de verse necesariamente perjudicada por el dominio de la supuesta raza superior. Pero donde el determinismo histórico sí se equivoca lastimosamente es en el tratamiento mítico dado a la Segunda Guerra Mundial con posterioridad a 1945. No solo en obras de ficción escritas o audiovisuales, sino también en libros de historia, se nos muestra el resultado final de la guerra –la dramática derrota de Hitler y sus aliados japoneses- como una especie de western, donde los buenos derrotan a los malos gracias a su habilidad con las armas. Es como si pretendiesen tranquilizarnos demostrándonos que los malvados, por serlo tanto, están incapacitados para ganar las guerras. Se nos pretende convencer de esto arguyendo complicados razonamientos sobre economía, política u organización administrativa. Esto es absurdo. Hitler pudo ganar. Pudo ganar incluso cuando ya estaba en guerra, a la vez, contra la Unión Soviética, los Estados Unidos y el Imperio Británico, y, de hecho, es sorprendente que no ganara. Una sociedad totalitaria y militarista como la de la Alemania nazi poseía los medios suficientes para alcanzar ese triunfo y, si no fue así, se debió única y exclusivamente a la pura casualidad de que un solo hombre no tomó en un determinado momento una sola y lógica decisión; esta decisión habría sido de tipo meramente militar, estratégico, en absoluto afectada por la ideología ni por las condiciones económicas y sociales. El nazismo, por supuesto, hubiera acabado fracasando, pero no tal como sucedió en realidad, al cabo de una especie de gran espectáculo bélico en el cual los justos vencieron a los malvados. El bien se impone al mal, sí, muy probablemente, pero la guerra es un terreno para el cual el mal, a veces, está mejor cualificado. Es un hecho que, de todas formas, fue la Unión Soviética, un régimen tan totalitario y casi tan maligno como el III Reich, quien acabó derrotando a la Alemania nazi (y aquí no es el lugar para discutir si hubieran podido hacerlo sin ayuda). El relato que extensamente se presenta en este espacio comienza, pues, con la toma por Hitler de una sola decisión concerniente a una determinada iniciativa estratégica de tipo militar (esencialmente, cerrar el Mediterráneo con el fin de que la flota italiana entre en el Mar Negro). Es conveniente seguir el relato desde el principio con ayuda del Índice, y para su comprensión más exacta es preciso informarse lo mejor posible acerca de los sucesos de la historia militar de la guerra. Se acompañan los episodios de una Cronología, donde se diferencia lo real de lo ficticio, y se aportan algunos links útiles (la Wikipedia es muy completa y contiene pocos errores). La historia militar abarca cuestiones sociales, políticas y económicas (incluso geográficas), así que puede resultar también instructivo en muchos otros aspectos. Cuenta, asimismo, con un componente lúdico… y este mismo componente lúdico conlleva las correspondientes implicaciones psicológicas y sociales.
viernes, 31 de julio de 2015
Castigo a Marruecos
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Hola max crig.
ResponderEliminarAcabo de ver que has publicado este nuevo contenido de tu ucronia. Por un lado veo que has usado mi recomendación de que la España franquista se anexione el antiguo protectorado del norte de Marruecos tras la SGM, pero por el otro veo su contenido me parece, por un lado, excesivo, y por el otro, blando. Me explicaré.
Entiendo que la Alemania nazi no viese nada bien los ataques marroquíes contra España, especialmente desde su punto de vista racista eurocéntrica, y por tanto Hitler se inclinase a apoyar a Franco (especialmente si éste le mostrase una sincera actitud de lacayo; además, el castigo serviría de ejemplo ante el resto del mundo), pero hay algunos detalles que no me encajan si quieres hacerlo lo más realista posible.
Por un lado, el propio Franco siempre trató bien a los marroquíes del protectorado español, pues le fueron leales a él durante la Guerra Civil (por ejemplo dos detalles: la famosa Guardia Mora protegía personalmente a Franco hasta 1956, tras la independencia marroquí; y la figura del general Mohammed ben Mizzian, amigo personal de Franco), y aunque es seguro que personalmente hubiese deseado que el protectorado fuese anexionado a España si no hubiese consecuencias posteriores que pudieran dar al traste no solo a la anexión, sino también a la continuidad de su propio régimen, Franco jamás planteó una política de exterminio (aunque quien sabe lo que hubiera hecho teniendo de socios a los nazis).
Por eso veo más realista lo siguiente: la anexión del protectorado del norte de Marruecos, la proclamación de un nuevo protectorado español sobre el resto de Marruecos (controlado de facto por su amigo Mohammed ben Mizzian, el único marroquí con rango de general y jefe de la cabila rifeña Mazuza, quien no tuvo reparos en acatar la orden de Mohammed V de bombardear con napalm el Rif del que él procedía para sofocar la rebelión de 1958 (ante el centralismo arabizante de Rabat, los rebeldes incluso llegaron a pedir el regreso español, alabando a Franco)), "animando" a las distintas cabilas rifeñas (tribus de etnia bereber) a que se fueran de las nuevas provincias españoles para ocupar distintas regiones del resto de Marruecos, cuyo mando se les entregaría, especialmente a aquellas que habían demostrado lealtad a España durante el anterior periodo (no seria exterminio, seria un traslado forzoso pero que conllevaría muchos beneficios a gran parte de los trasladados), despojando de poder a las elites locales de etnia árabe (Marruecos siempre ha tenido una élite árabe, pero tiene una población mayoritariamente bereber, que no es semita, dividida principalmente entre bereberes y bereberes arabizados), y de paso, al derrocar a las elites árabes, se buscaría eliminar que en Marruecos germinase el movimiento panarabista, o como mínimo, encallar un conflicto étnico que sería azuzado por Franco y los alemanes para controlar Marruecos a su antojo.
Hola, Viriatox. Muy contento y agradecido de leer tu comentario. Has hecho aportaciones muy buenas a este espacio y yo he aprendido muchas cosas gracias a ti. Incluso cuando, a veces, he desestimado tus sugerencias, después, más tarde, he reflexionado que quizá sí tenías razón en algunas cosas, pese a mi primera impresión en contra...
EliminarEn esta historia de "Castigo a Marruecos", lo que me interesaba sobre todo es señalar que el que las potencias del Eje (no solo Alemania, también Japón y hasta Italia) se aliaran con fuerzas nacionalistas de lo que más tarde se llamaría el "Tercer Mundo" no debe confundirnos acerca de la naturaleza del nazismo. Es cierto que el nacionalismo exacerbado de las fuerzas del Eje inspiró a otros movimientos nacionalistas, pero, a diferencia de lo que sería el bloque soviético, los nazis nunca ofrecieron un modelo a seguir para los pueblos oprimidos por las potencias coloniales.
Yo partía de la lógica de que, en la realidad, Marruecos se independiza en 1956 y al año siguiente se desata la "pequeña" guerra de Ifni de Marruecos contra España, en el contexto de la guerra en la vecina Argelia (los franceses intervinieron a favor de España). Si en esta historia alternativa los nazis hacen independientes a los marroquíes en 1943, igualmente el orgullo nacional marroquí llevaría a un escenario parecido poco después.
Tu propones que una alternativa al exterminio de la población marroquí -deportación masiva mediante el terror- seria un nuevo protectorado simpatizante con España. Creo entender que el norte se "españolizaría" y el sur se convertiría en una república gobernada por Mizziam.
A mi modo de ver no sería tan diferente a mi historia, solo que en mi historia la españolización del norte se haría mediante métodos brutales al estilo nazi y que en el sur quedaría la monarquía tradicional, pero ahora mucho más sometida y escarmentada, sin posibilidad de una nueva rebelión.
Estoy en desacuerdo con que los marroquíes gozaran de simpatías en España, ni entonces ni ahora. De hecho, España los bombardeó con armas químicas (1924) y el general Mizziam, muy leal a Franco durante la guerra civil, no tuvo problemas en participar del lado marroquí en las acciones de Ifni contra España. Que Franco tuviera una guardia mora siempre se ha interpretado como una jactancia de Franco por haber vencido a los fieros moros y haberlos puesto a su servicio.
El racismo y brutalidad nazis habrían sido, sin duda, asimilados por los militares de Franco. El modelo de relaciones internacionales de Hitler se inspiraba más en las guerras de la Antigüedad... al que se añadía "cientificismo" racial. Para Hitler era válido hacer con los pueblos enemigos lo que Roma hizo con Cartago o lo que Grecia hizo con Troya.
Hola max crig.
EliminarEs muy cierto que el nacionalismo marroquí siempre ha llevado a cabo un irredentismo territorial en cuanto ha podido (no hay que olvidar su aspiración de obtener lo que llaman el Gran Marruecos: Marruecos, Sahara Español, Mauritania, el norte de Mali (Tombuctú), y las provincias argelinas de Tinduf y Bechar (las capitales provinciales de estas últimas fueron arrebatadas al sultanato durante la colonización francesa de Argelia), Ceuta, Melilla y las Canarias), y en cuanto pudieran, lo harían, sean los 1940 o los 1950.
En cuanto a la simpatía española a Marruecos, me refería expresamente a Franco y solo a los marroquíes afines (que serían las cabilas rifeñas pro-españolas), no por parte del pueblo español (no olvidemos el ancestral odio y temor tras ocho siglos de Reconquista y siglos de ataques piratas berberiscos ("no hay moros en la costa")); pero también hay que tener en cuenta que las conquistas colonizadoras españolas jamás tuvieron intenciones o proyectos genocidas, ni en América ni en África (y si alguien menciona la despoblación amerindia, se debió al choque biológico del Descubrimiento por la llegada de las nuevas enfermedades europeas en América).
En cuanto a Mizzian, yo lo veo como una figura que siempre estará con quien él vea que es el más poderoso, y que no dudará en traicionar a quien sea para salvar su culo y posición, ya sea su propio pueblo/etnia (aceptó ser el único bereber en la élite marroquí de la independencia, sabiendo que ésta despreciaba, maltrataba e incluso masacraba a los demás bereberes, como sucedió con los rebeldes rifeños bombardeados con napalm en 1958 por él por orden de Mohammed V, capitaneando la represión junto al futuro Hassan II) o a su jefe (ya sea Franco o los alauitas). Por tanto, yo lo veo el perfecto gobernante títere pro-español (bendecido por los alemanes por su papel en la SGM, que serviría como un Petain marroquí) de un sultanato (no fue reino hasta 1953) con un adolescente coronado (Mohammed V podría quedar "incapacitado" tras el castigo del Eje (como pasó con el sha de Irán en 1941 tras la intervención británico-soviética) y el futuro Hassan II sería muy joven (nació en 1929, tendría 17 años entonces)), siendo perfectamente maleable a los intereses del Eje), donde Mizzian sería el regente y eterno primer ministro, y para evitar el probable juego de tronos contra él, aceptaría la "sugerencia" española de colocar a las cabilas rifeñas por todo el resto del protectorado marroquí, convirtiéndose en la nueva élite de gobernadores, caciques, altos funcionarios, etcetera, mientras también alzaba la posición social de otros grupos bereberes marroquíes (tamazight del centro, tachelhit del sur) frente a los defenestrados árabes, azuzando el conflicto interetnico para impedir que ambas etnias se unan contra la dominación política y socioeconómica del Eje (y de España en particular).
Es cierto que la España franquista, siendo aliada fiel del III Reich, aceptaría los métodos nazis, pero como he dicho, la población rifeña podría serle más útil a Franco si se la trasladase al nuevo protectorado para convertirla en la nueva elite política, económica y administrativa, frente a los que hayan estado bajo el protectorado francés (motivo que podría convencer a los alemanes, por su eterna desconfianza a lo francés). Por eso propongo que el castigo brutal sobre Marruecos no tiene porque recaer sobre los rifeños, sino sobre la población civil de ciudades costeras del antiguo protectorado francés como Rabat (la capital elegida por los franceses para su protectorado) y Agadir, entre otras, que seguramente habrían acogido bases navales del Eje, durante y tras la guerra.
EliminarEs cierto que hay muchas opciones posibles a cómo el Eje respondería ante un intento de "rebelión" de los marroquíes. La historia está llena de ejemplos en los cuales una superpotencia entra en la tesitura de elegir qué sistema de control debe imponer a un estado vasallo. En pleno siglo XXI estamos asistiendo ahora a la invasión de Rusia a Ucrania cuya motivación no parece otra que el de imponer la "soberanía limitada" a un estado vecino pero que se supone que se encuentra dentro de su legítima "área de influencia".
EliminarYo elegí la "limpieza étnica" (despoblamiento forzado) de la región del norte de Marruecos por varios motivos. Primero, por ser la mayor garantía de seguridad para el control del Estrecho de Gibraltar (que la débil España se quedara con el protectorado del norte a primeros del siglo XX se debió a que los británicos no querían que esa posición geoestratégica la detentara la poderosa Francia) y segundo como escarmiento dirigido a todo "tercermundista" que pretendiera poner en peligro los designios del Reich (podía tratarse también de Egipto y el canal de Suez, o el Cáucaso y sus pozos de petróleo...).
Yo me imagino que, en este episodio, cuando Franco se presente a Hitler en Berlín para solicitar su ayuda ante la agresividad marroquí, tal vez le propusiera una solución como la que tú incluyes: deponer al rey insolente por su hijo adolescente y que nombre un primer ministro amigo de España. Pero me he imaginado que el Führer le contestaría algo así como "¿para qué tomarse tantas molestias?": una buena matanza y los marroquíes que queden ya sabrán a qué atenerse. Por supuesto, y por si acaso, se establecerían bases militares y se tomaría otras medidas adicionales.
Se me ocurre que a los españoles el quedarse con tres nuevas provincias (algo más de treinta mil kilómetros cuadrados de buena tierra mediterránea) no les disgustaría, pero también hay que tener en cuenta que el nuevo Imperio español dispondría ya de tanto territorio a poblar (en África central, sobre todo) que igual no iban a saber cómo gestionarlo. Bueno, Franco tendría otro sitio adonde ir a cazar...
Continuación del anterior comentario...
ResponderEliminarAdemás, ese nuevo protectorado español sería quizás el primer paso para la eventual anexión del resto de Marruecos en un futuro a medio o largo plazo (teniendo especial preferencia la costa atlántica y sus cercanas zonas agrícolas y mineras), españolizando lentamente Marruecos (la primera acción podría ser denominar oficialmente Marrakech como Marruecos, su antiguo nombre en español) tal y como la Alemania nazi pretendería germanizar los países neutrales que consideraba lo suficientemente arios para ello, como Suecia y Suiza, siendo las cabilas rifeñas una especie de cipayos españoles.
Obviamente, Mohammed V y los nacionalistas marroquíes del Istiqlal lucharían contra esto (quizás usando la histórica amistad con los Estados Unidos, pues Marruecos fue el primer país en reconocer la independencia useña), y entonces es donde se vería el auténtico castigo del Eje, pero éste se centraría principalmente en la costa atlántica de Marruecos (así se persuadiría "sutilmente" a los rifeños de que mas les valía aceptar la generosa zanahoria que Franco y Hitler les ofrecían (el control sobre distintas zonas de Marruecos, si es que no aceptaban convertirse en ser una minoría étnica dentro del territorio español del Rif) que sufrir el palo en forma de masacre total que sufrirían como sufrieron los marroquíes de Rabat y Agadir, por poner algunos ejemplos)
Por último, me extraña muchísimo que Madeira (y por tanto, también las Salvajes (cuyo isla principal fue convertido en base aérea aliada), las Azores y Cabo Verde) sigan en poder estadounidense tras la SGM. Es cierto que durante la SGM de tu ucronia, no hubo batallas para recuperarlas, pero yo creía que habían sido entregadas a la España franquista tras el tratado de paz firmado personalmente por Kennedy y Goering en Dublín, y especialmente tras la crisis atómica de 1945 que desembocó en la invasión de Inglaterra.
¿Qué opinas al respecto?
Siguiendo con este asunto, creo que tienes razón con que España podía proyectar la anexión total de Marruecos, de forma parecida como los nazis planeaban anexionar los territorios del Este. Pero quizá Hitler no lo aceptase porque contravendría lo convenido en el reparto de África (1942, en esta historia). La anexión del norte tendría sentido por la seguridad del Estrecho de Gibraltar (y los españoles ya tendrían allí Ceuta y Melilla de todas formas). Además, fuera de la deportación masiva o el exterminio directo, no veo cómo España iba a poder "españolizar" a la población marroquí. Los nazis planeaban "germanizar" a parte de la población ucraniana -no he podido aún encontrar un documento concreto de cómo planeaban hacer esto, y en esta historia me lo he inventado un poco alegremente- pero siempre quedaría una mayoría de eslavos "ingermanizable" que serían o exterminados o deportados más hacia el Este.
EliminarDurante la guerra fría, en la realidad, los países del "Tercer Mundo" aprovecharon la amenaza soviética y también el liberalismo occidental para "conquistar" su independencia. En realidad, no fue conquista, sino concesión de los antiguos imperialistas y estrategia de los soviéticos. En este siniestro mundo alternativo con un Hitler victorioso, sin embargo, Estados Unidos tiene que respetar su condición "oceánica" y no puede entrometerse en los asuntos africanos (África sería una prolongación de la Europa nazi). Recordemos que tampoco Occidente "se entrometió", en la realidad, cuando los húngaros se rebelaron en 1956... porque había que respetar lo acordado en Yalta.
Sí, en mi historia, se establece que Madeira y Azores quedarían con Estados Unidos. Solo Canarias sería recuperada por España. Eso sería fruto de la negociación para el Tratado de Paz. Azores y Madeira son magníficas posiciones estratégicas en el Atlántico y los nazis tendrían que renunciar a algo... como sucede en todas las negociaciones: los océanos para EEUU (sucesor del Imperio británico) y los tres continentes unidos por el Mediterráneo serían para la Alemania nazi -con la salvedad de China-.
Esto sería, claro está, un acuerdo siempre discutible y dependiente de las fricciones futuras entre ambas superpotencias, cuya coexistencia nunca sería fácil.
Una cosa son las intenciones españolas (con la anexión de Marruecos, algunos considerarían que se acababa realmente la Reconquista, pues la Mauritania Tingitana era parte de la Hispania romana; en eso se baso la conquista hispana de distintos puntos costeros marroquíes por parte de Castilla y Portugal en los siglos XV-XVI) y otras las de Hitler, pero muchos podrían ver el castigo a Marruecos como la corrección del reparto de África ideado en Barcelona (prematuro para algunos, al suceder en plena SGM), y eso podría alentar nuevas tentaciones coloniales de Italia y España, quizás aprovechando el criterio independiente francés en la crisis inglesa para despojarle más colonias y territorios (ahora no me acuerdo, pero ¿cómo quedó la frontera franco-alemana? Lo pregunto porque durante la ocupación real, los nazis establecieron una parte ocupada desde 1940 donde no podían volver los refugiados pues tras la SGM, ellos pretendían anexionárselo: creo que eran las regiones de Lorena, Norte y el Franco Condado, más algo de Champaña-Ardenas), alegando unos infundados complots para aliarse con los useños; mientras Alemania podría querer aplicar legalmente un protectorado sobre la nueva República de Sudáfrica, aprovechando la afinidad con la población bóer.
EliminarEn cuanto a "españolizar" Marruecos, es posible que finalmente se aceptaron los drásticos métodos nazis, pero eso iría con el tiempo, observando el ejemplo nazi en Rusia (quizás pensando en, como final más humanitario, el futuro traslado forzoso de la población árabe marroquí hacia Argelia (los bereberes podrían considerarse moriscos leales a España, susceptibles de evangelizar; como si fueran los nativos arios de Holanda, Noruega y compañía para los nazis), aunque ahora no me acuerdo del destino del Oranesado, con gran población de origen español)
Por otra parte, me parece un grandísimo error que Hitler permitiese la entrega definitiva de Azores y Madeira a los useños, pues ambas serian plataformas perfectas para el Eje, especialmente las Azores, pues serian la única base aérea desde donde la Luftwaffe podría despegar bombarderos intercontinentales para bombardear USA en un supuesto de guerra total antes de que los misiles intercontinentales fuesen realmente fiables (y sin olvidar sus posibilidades como bases navales, tanto para buques de superficie como de submarinos).
Por tanto, a mi juicio, si quieres mantener esa presencia useña en esta época del castigo, lo haría de forma temporal, como un seguro aliado para ver si los alemanes aceptaban dejar en paz a la Inglaterra sumida en su propio Versalles tras la invasión. Y a los 10 o 20 años se devolvería a la España franquista (como hicieron con Okinawa, que fue devuelta 20 años después del fin de la ocupación del resto de Japón, aunque sin las numerosas bases que aun pululan por Okinawa), pues después de todo mantendrían Islandia y las Feroe como baluartes estratégicos más cercanos al territorio del III Reich, sin provocar irredentismos de países capaces de poseer armas nucleares propias en un futuro a medio plazo (de entre todos sus grandes aliados europeos, España es el más probable al que los nazis podrían consentirlo cuando llegase el momento (años 60-70), pues sus intereses geoestratégicos no chocaban con los nazis, a diferencia de Italia (Tirol del Sur y salida alemana real al Mediterráneo) o Turquía (Cáucaso).
"ahora no me acuerdo, pero ¿cómo quedó la frontera franco-alemana?"
EliminarLo que yo he puesto en esta historia al respecto es que cuando Francia -impresionada por el cierre del Mediterráneo por los nazis en junio de 1942- decide firmar la paz con Alemania -e incorporarse a la "Cruzada" contra los soviéticos- la cuestión de Alsacia quedaría así: "se deja la puerta abierta a algún tipo de solución futura, una vez finalizada la guerra, por el estilo de cómo se resolvió la cuestión del Tirol italiano entre Hitler y Mussolini" (Capítulo 8 "Francia en la guerra").
Creo que muchos podrían criticarme con que Hitler aceptara ese Tratado de Paz de los petainistas ya en 1942, pero honradamente creo que, si los franceses dan el paso, no faltarían consejeros influyentes que convencieran a Hitler de que el poder económico de Francia podía ser útil para una guerra que se libra a la vez contra el Imperio Británico, la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Pero los alemanes y los franceses nunca podrían ser aliados al nivel que lo serían Italia, España o incluso Rumanía. Francia es mucha Francia y no creo que Hitler quisiera mostrar debilidad ante los franceses. Por eso creo que no devolverían Alsacia -mientras que a Italia sí se le concede el Tirol- aunque al destruir Suiza los franceses se llevarían el pedazo francófono -Ginebra-. Tampoco creo que Hitler consentiría la partición de Argelia - https://fr.wikipedia.org/wiki/Partition_de_l%27Alg%C3%A9rie- en contra de los intereses del nacionalismo musulmán, aunque se les otorgarían nuevos territorios africanos -Rhodesia del sur, sobre todo- para reasentar a los colonos de origen francés. Creo que, en todo momento, Alemania trataría de afirmar su superioridad sobre los franceses, tanto como los franceses tratarían de afirmar una relativa independencia política respecto a Alemania y al nazi-fascismo.
La apuesta de Francia sería esperar el que a la muerte de Hitler se desatara el caos en Alemania. Para entonces, quizá una nueva generación de alemanes se volvería más pragmática y alejada de la locura belicista y racial de los nazis.
De todas formas, no creo poder añadir más episodios después de este de Marruecos: todo dependería de la salud del Führer y, tal como en la historia real, las relaciones internacionales quedarían limitadas por una "guerra fría" condicionada por el aterrador poder atómico.
Como si soy un poco determinista en lo que se refiere a la superioridad de un humanismo ilustrado -¡aunque estos últimos meses no parecen muy propicios para ello!- apuesto por el hundimiento de los fascismos incluso en el caso de ganar la guerra. También la URSS ganó la guerra y al cabo el comunismo no perduró...
Buenas.
EliminarSobre lo que mencionas, debo recordarte que Alsacia-Lorena fue anexionada inmediatamente tras el armisticio de 1940. De eso no hay dudas.
Mis dudas anteriores se referían en base a los 2 primeros de los 3 mapas que aparecen en este artículo de Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/German_military_administration_in_occupied_France_during_World_War_II
En él podrás ver que la antigua región francesa Norte-Paso de Calais se administraba junto a Bélgica, y había una considerable porción de Francia donde, desde el comienzo de la ocupación en 1940 (aumentado ligeramente tras la ocupación de la Francia de Vichy), estaba prohibido por los alemanes el regreso de los refugiados, pues esas regiones eran pretendidas por Alemania, pero parece que serían objeto de confirmación tras celebrarse un definitivo tratado de paz (algo inteligente por parte de los nazis, pues los orgullosos franceses habría opuesto muchísima más resistencia (la resistencia francesa es un mito, pero no lo era el histórico revanchismo francés) si los alemanes hubiesen aireado sus pretensiones desde el principio), pero visto las enormes molestias que se habían tomado los nazis, dudo mucho que renunciaran a gran parte de esos territorios: la Lorena completa. el Franco Condado y algunos trozos de Champaña-Ardenas, sin obviar Bélgica, el Norte-Paso de Calais y las islas Anglonormandas (o del Canal).
Muchas gracias por este comentario en particular, Viriatox.
EliminarRecordaba vagamente haber leído algo sobre ciertos territorios franceses del nordeste pero ignoraba lo de la "zona prohibida" que se propusieron repoblar y anexionar. Sin embargo, leyendo la wikipedia en francés https://fr.wikipedia.org/wiki/Zone_interdite_(Seconde_Guerre_mondiale) parece que el proyecto anexionista decayó en poco tiempo y en la práctica todos los refugiados franceses regresaron. Supongo que en mi historia esto podria ser materia de negociación para el Tratado de paz: Alemania renunciaría definitivamente a estos territorios -pero no a Alsacia-. Sí sé que en las negociaciones reales con Alemania se hablaba de Alsacia como que podría tener un "estatuto especial". Pero, como bien dices, la anexión de Alsacia sería comprendida como irreversible. De todas formas, se puede investigar más. Las islas anglonormandas sí que se las quedarían también los alemanes, dado su gran valor estratégico (imagino que te refieres a Jersey y Guernsey, que eran y son británicas).
Por cierto, unos detalles sobre el general Mohammed ben Mizzian:
ResponderEliminar- Era hijo del caíd (líder tribal) de la cabila de Mazuza (al sur de Nador), que era aliado de la colonización española y que fue asesinado por los contrarios a la colonización.
- Su ingreso en el ejercito colonial español se debió a Alfonso XIII, quien estando de visita en Melilla en 1911, visitó la Escuela Indígena, y su profesor (Abd el-Krim, futuro líder anticolonial) le hizo llamar para responder a distintas preguntas ante las autoridades: impresionado, Alfonso XIII le preguntó que quería ser, y el niño contestó que quería ser "Capitán". Tras esto, el rey le prometió al padre (que todavía no había sido asesinado) que apadrinaría el ingreso del niño en la Academia de Infantería de Toledo, algo por lo que se tuvo que modificar la ley, pues hasta entonces no se permitían alumnos no cristianos.
- Salió de la Academia en 1916 con el grado de alférez, siendo destinado a Marruecos para comandar tropas indígenas.
- Durante la Guerra del Rif se hizo amigo del entonces teniente coronal Francisco Franco, a quien salvó la vida en 1924.
- Fue quien lideró el primer combate militar de la Guerra Civil, pues comandaba el 2º tabor (batallón) de regulares, con sede a pocos km de Melilla, liderando el asalto a la base de hidroaviones del Atalayón (en la Mar Chica), leal al gobierno republicano al mando del capitán Virgilio Leret (quien años antes había patentado un revolucionario motor a reacción).
- Tras la Guerra Civil, Franco le designó capitán general de Galicia y Canarias como teniente general.
- Cuando Marruecos se independizó, Mohammed V le encargó la reorganización militar del país y lideró la brutal represión de los rebeldes rifeños en 1958, hasta con bombardeos con napalm.
- A pesar de estar sirviendo para Marruecos (siendo el único Mariscal que ha tenido Marruecos en su historia), Franco le mantuvo los honores y pensiones obtenidos como militar español.
- Tuvo 6 hijas y un hijo, quien murió en un accidente. De entre sus hijas, una se casó con uno que fue ejecutado en 1971 por participar en uno de los numerosos complots contra Hassan II; y otra se casó en secreto con un militar español, sobrino de un ex ministro de Exteriores franquista (Alberto Martín-Artajo).
- Como musulmán convencido, esa boda le enfureció tanto (pues su hija se tendría que convertir al catolicismo) que planeó su secuestro, ya que estaba refugiada en Valladolid. Convenció a la pareja de que fuera a Tanger con el fin de reconciliarse, pero cuando llegaron al aeropuerto, un oficial marroquí retuvo al marido mientras otro se llevaba a la hija siguiendo ordenes de su padre (antes había sido el ministro de Defensa y entonces era el ministro de Estado).
- Este incidente provocó hondo malestar entre las altas esferas militares españolas, pero Franco hizo oídos sordos a las protestas y no solo no hizo nada al respecto, sino que mantuvo la pensión española de teniente general para su amigo.
Una anécdota al respecto. Hace poco leí el libro "Franco confidencial", de la periodista Pilar Eyre. Un libro muy entretenido, con muchos chismes donde resulta difícil reconocer la realidad entre tanta ficción.
ResponderEliminarPero en un momento dado la autora pretende hacernos creer que el general Mizziam era hijo del cabileño rebelde Mohamed el Mizziam muerto por los españoles en 1912. Hubiera quedado, ciertamente, mucho más dramático de haber sido así...